jueves, 28 de abril de 2011

Un oscilador produce parciales estáticos, la naturaleza es más compleja.

Ruido en el ataque.
Una superación. Después reconozco en el sostenimiento y caída.
Ser aspecto y valor
sustancia y carácter, evolucionar en el tiempo
un recuerdo cognitivo.
En espacios acústicos los momentos son más memorables;
todo se oye más claro.
La música queriendo ser,
en procesos, a lo largo
del tiempo. Planteándonos una manera de percibir
en constante tensión de atmósfera. Derivándonos
al sutil espectro del reposo.

Así nacía la progresión,
el cuidadoso salir
del pozo entre el barro y los ojos.
Sabiendo que lo que vale es la imaginación antes que la sabiduría,
que no existen procesos veloces veraces.

No todo se halla en la virtud dinámica
de exigencias sobrehumanas,
(para algo inventamos la tecnología, sino)
síncopa de sensibilidad y apertura. Catarsis, atendiendo a las necesidades físicas, comandadas voluntariamente, sobre formas amplias
variables.


Hay un código interrumpido en los principios estructurales:
Mal lograr comunicación en golpes y ruido.
Desentender al silencio como creación misma. Creyendo al vacío como drama humano por ritual.

Indeterminar lo necesario para no caer en la sensación de prepararse para la mayor biaba.
Crear salidas filosóficas ligadas con acciones. Responder con propiedad.

- Espíritu post mental, el día que acabe todo exterior y seamos vacíos
silencios, no habrán fuerzas que nos saquen del inacabable reposo. Ni una salida,
ni un golpe, ni un ruido, ni un después reposo ni memoria perceptual en ninguna entraña.

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